Pasar unas vacaciones o disfrutar de una escapada combinando lujo y naturaleza es posible en los pinares de Soria si deseas una experiencia estelar en el Hotel**** «El Cielo de Muriel».
En una tierra donde predominan los alojamientos del más puro estilo rústico, destaca encontrar un establecimiento de corte moderno con unos estándares de sostenibilidad muy elevados. Pero lo que más llama la atención es que estamos hablando de un alojamiento Starlight, algo que lo diferencia del resto de la oferta de la provincia de Soria y de las provincias limítrofes.
VIERNES
Check–in y recorrido por el hotel
Nuestra experiencia de fin de semana comenzó orientando la brújula en dirección a Muriel Viejo, pequeño y acogedor pueblo de la Comarca de Pinares. Con una ubicación ideal pues tiene cerca infinidad de atractivos turísticos, tanto naturales como culturales, que hacen que 2 días sean insuficientes para visitar todo lo que nos gustaría por lo que repetiremos estancia.
Podéis hacer vuestro check-in a partir de las 14 horas, nosotros llegamos a media tarde para ver las instalaciones tranquilamente de la mano de Raquel, gerente del Cielo de Muriel, que nos acompañó durante nuestra estancia. Hay parking subterráneo gratuito por lo que si sois de aquellas personas que os gusta tener el coche a resguardo este es un punto muy a favor a tener en cuenta.
Nos tocó la habitación Cisne en la planta baja con vistas al río Muriel Viejo y un sonido de lo más relajante. Como detalle de bienvenida nos aguardaba un plato con frutas junto a un hervidor de agua que todas las habitaciones tienen acompañado de un pequeño surtido de infusiones y café soluble, todo un acierto.
Después de dejar el equipaje y comprobar con agrado que la estancia era muy acogedora combinando además elegancia y confort, empezó nuestro tour guiado.
En la recepción nos esperaba Lorenzo para devolvernos nuestra documentación previamente entregada a la entrada. Tienen servicio de 8 de la mañana a 12 de la noche y podréis recibir toda la información necesaria para vuestra estancia: horarios, servicios, qué ver en la zona… El trasiego de turistas era latente y nos invadían las ganas de intercambiar información con ellos, pero lo dejamos para más tarde.
La suite «De Muriel al cielo» nos esperaba justo enfrente. Tiene salón y capacidad para 4 personas, y la cama de 2×2 llama la atención de inmediato.
Seguimos descubriendo este hotel con encanto que tantas expectativas ha levantado desde el inicio de su construcción y que abrió sus puertas en abril de 2022. Tiene 14 habitaciones dobles con camas de diversos tamaños: 1,60, 2×2, 2 de 1,05… Como buen destino consagrado al astroturismo cada una de ellas tiene el nombre de una constelación y en su interior nos aguarda una fotogradía nocturna diferente sobre la cabecera de la cama que nos muestran lugares cercanos bajo un cielo estrellado.
Además, todas las estancias tienen vistas al exterior, muchas de ellas son terrazas individuales ideales para contemplar las estrellas.
Por su parte, los amplios pasillos tienen escritas en sus paredes frases inspiradoras de célebres autores y de pelícuas famosas como Gladiator. Desde luego este hotel es para salir de allí relajado y motivado para continuar con nuestro día a día.
Ya en el ático descubrimos otra de las joyas de sus instalaciones. Esta enorme sala multifuncional. Amplia, con sofás, una gran mesa, terraza y una decoración e iluminación que la convierten en un espacio ideal para reunirse, celebrar cursos, hacer presentaciones...
Nosotros destacamos el techo, una genial idea que combina madera oscura y clara encargada a una empresa soriana y es que este edificio ha contado en todo lo posible con empresas y recursos de la zona, algo que dice mucho a su favor ¡Bien por ellos!
Un paseo por Muriel Viejo.
Recorrer las calles de Muriel es recorrer esos pequeños pueblos que conservan la esencia de un pasado próspero y que luchan por sobrevivir a la despoblación. Y en este pueblo lo consiguen. Nos acercamos hasta el bar Muriel y el ambiente invitaba a entrar y tomar algo. Tienen WiFi y un pequeño dispensario de alimentos muy apañado. Fuimos acogidos con la mayor de las hospitalidades y tratados como uno más, sobre todo por Alfredo quien se convertría en un guía excepcional.
Allí los jóvenes se reunen a tomar sus cervezas y las personas de la tercera juventud tienen el campamento base instalado para echar sus partidas de brisca y guiñote. Se acercaban las 8 de la tarde y empezó a bullir la algarabía. Nos comentaron que destacan en este bar los torreznos y el cabrito frito así que degustamos unas crujientes barritas energéticas. El postre corrió a cargo de las mujeres del pueblo, allí siempre hay algo que celebrar, aquel día un cumpleaños, así que no faltaron unos ricos rosquillos a los que fuimos invitados. ¡Gracias!
Antes de nuestra incursión en la taberna visitamos la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, patrona de la villa, que data del siglo XVII y recorrimos el paraje de San Roque con su ermita homónima y una fuente de lo mas original dentro del árbol.
Allí también hay un pequeño observatorio acondicionado, se nota que estamos en un Destino Turístico Starlight donde las cualidades para admirar la cúpula celeste son óptimas y solamente reconocidas después de unos rigurosos controles. Tampoco podemos dejar sin mencionar el coqueto lavadero que hay junto a la carretera y sus fuentes de rica agua.
La corta luz del día no nos permitió ir hasta el Abedular, pero ya habíamos estado por allí en primavera descubriendo la magia de aquel bosque, por lo que volvimos al hotel para cenar.
Cena con estrellas.
El Cielo de Muriel tiene restaurante independiente, es decir, podéis comer o cenar allí, pero siempre con previa reserva. Nosotros durante nuestra estancia comimos y cenamos de picoteo, pero también hay carta y menú que va cambiando con la temporada. Ni qué decir tiene que la mayoría de los productos son de los pueblos de alrededor. Aquella noche pedimos unas croquetas de sabores muy variados, una ensalada de la casa y huevos rotos con jamón.
Antes de retirarnos a nuestros aposentos, en una vuelta por los alrededores del edificio viendo su bonita iluminación, comprobamos que el cielo se había despejado por lo que aprovechamos para acudir al jardín y observar las estrellas con el espectacular telescopio propiedad del establecimiento. Este puede ser utilizado previa demanda y con la orientación de un profesional, nosotros, inexpertos en la materia disfrutamos como niños. Si estais atentos a sus redes sociales anuncian eventos de astroturismo que aun pueden mejorar más si cabe esta gran experiencia.
SÁBADO
Comenzamos la mañana con una relajante ducha que nos puso a punto para salir de la habitación y empezar los planes del día. Hemos de decir que la conocida marca de cremas y jabones escogida por el establecimiento para los baños es de nuestras favoritas.
El desayuno era en la cafetería comedor del hotel. Amplia, con unos magníficos ventanales y un mobiliario y decoración de lo más original. El horario es de 8.30 a 10.30 y es de tipo buffet. En la barra nos esperaba fruta, cereales, frutos secos, conocida bollería soriana, zumos, diversas variedades de leche (sin lactosa, soja, avena…) tostadas, tomate triturado, embutido, café, cacao… En fin, todo lo necesario para coger fuerza para un día lleno de naturaleza y patrimonio por descubrir.
Recorrido por el Cañón del Río Lobos.
La suerte de la Comarca de Pinares es que tiene 2 Parques Naturales: el de la Laguna Negra y los Circos Glaciares de Urbión y el del Cañón del Río Lobos. Por ser algo más cercano a nuestro emplazamiento nos decantamos por el segundo.
Hay varias formas de recorrer el cañón, desde su comienzo en la zona burgalesa son unos 25 km, desde el Puente de los 7 Ojos son 8 km hasta la ermita de San Bartolo y luego está la opción de comenzarlo desde la otra vertiente, la de la zona de Ucero que fue nuestra elección. Dependiendo de lo que os apetezca andar son varios los aparcamientos en los que se puede dejar el coche, pero primero, una parada en el Mirador de la Galiana con unas vistas espectaculares.
Como decíamos, se puede dejar el coche en diferentes lugares. Está el Parking Engómez a 3,3 km de la ermita, que era nuestra meta y la de la mayoría de la gente. Después está el parking de Cueva Fría a 2,3 km y por último el de Valdecea a sólo 1 km. En los meses de mayor afluencia el acceso está regulado y hay que pagar 4 euros por turismo si se quiere acceder a los 2 últimos. Como teníamos toda la mañana aparcamos en el primero y caminamos por la Senda del Río.
Llegamos a la ermita templaria de San Bartolo, lugar de peregrinaje para los amantes de lo esotérico que junto con la Cueva Grande son fuente de leyendas de caballeros, tesoros y místicas energías.
Completamos la visita subiendo al Balconcillo del Diablo y pusimos rumbo al coche para ir comer una rica carne a la brasa en uno de los restaurantes de la zona.
Despúes nos esperaba la Villa Episcopal de El Burgo de Osma.
Tarde en El Burgo de Osma
A menos de 20 km del Cañón del Río Lobos está este pueblo que es un conjuto de patrimonio que no se puede dejar de visitar. La tarde se nos pasó rapidamente. Lo primero que hicimos fue visitar las ruinas de la ciudad romana de Uxama y divisar El Burgo y Osma desde la atalaya musulmana.
Seguidamente dejamos nuestros coches en la carretera de salida hacia La Rasa y subimos hasta el castillo de Osma, hay que subir andando pero con su reciente consolidación, las pasarelas y los paneles informativos, merece la pena llegar hasta allí.
La tarde pasaba y no queríamos dejarnos sin ver la Catedral de la Asunción con sus origenes románicos y su robusta torre barroca. Como las tardes otoñales gozan de menos horas de luz nuestro paseo acabó por la Calle Mayor hasta llegar a la Plaza Mayor.
Volvimos sobre nuestros pasos para recorrer de nuevo sus soportales y seguir respirando ese aire medieval. Posteriormente decidimos hacer una merienda a base de torreznos y alguna tapa más que finalmente se convirtió en nuestra cena.
De regreso al hotel el cuerpo nos pedía descanso, estuvimos un rato de tertulia en la recepeción con un grupo de mujeres valencianas que estaban pasando sus vacaciones allí. Se respiraba un aire familiar, no es de extrañar que la gente repita su estancia pasados unos meses pues es muy fácil encontrarse como en casa. Antes de irnos pedimos unos prismáticos profesionales en la recepción para poder tener otro momento Starlight desde nuestra habitación. Grandes y muy potentes, ya nos habían comentado que los huéspedes pueden pedirlos para ver las estrellas desde sus terrazas.
DOMINGO
La mañana comenzó como el día anterior, con un potente desayuno de su buffet a base de tostadas con jamón, tomate y aceite, zumo, café, nueces y fruta para coger energía para el día que teníamos por delante.
Aunque nos tocaba hacer el check-out en pocas horas, teníamos planes para descubrir los encantos más inmediatos de Muriel Viejo y alrededores. Después de un rato de charla con nuestros vecinos de habitación, dejamos las maletas en el coche. Pero no nos despedimos del hotel y sus gentes pues pensábamos volver a comer.
Pico de San Vicente y Mirador de Peñota
Si algo tiene la villa murielense es un bonito entorno boscoso y montañoso. El pueblo se halla a los pies de un imponente monte con una gran bandera de España y una torre de telefonía en la cima. Lo llaman Pico de San Vicente y pensamos subir hasta allí. El camino de ascenso comenzaba un par de calles mas arriba y hay que estar en forma. Tardamos en subir una media hora a paso tranquilo, la distancia es de unos 2,5 km.
Hay que ir por camino forestal no apto para cualquier coche puesto que estaba lleno de baches y piedras sueltas. Sin embargo, las bonitas vistas que de las que íbamos disfrutando a medida que ascendíamos nos servían de impulso para seguir caminando. Al llegar a lo alto la panorámica era espectacular con el pueblo a nuestros pies y la zona de Pinares y Urbión a la derecha.
Nuestra siguente meta de la mañana era el Mirador de Peñota. Tuvimos que desandar el camino y una vez abajo tomar la pista a nuestra izquierda con una prolongada cuesta arriba. Es muy fácil llegar y ante la duda Google Maps nos echa una mano. Hay en la cima una torre de vigilancia de incendios y un refugio. Y es que sus 1.230 metros de altitud la convierten en el sitio idóneo para vigilar los montes sorianos y de las provincias limítrofes. Tal es la visibilidad, que en los días claros se puede ver el castillo de Gormaz o la torre de la catedral de El Burgo de Osma. Después de un largo rato oteando el horizonte emprendimos los 3,5 km que había de vuelta al pueblo.
Comida de despedida
Nuestro fin de semana en El Cielo de Muriel toca a su fin y lo hacemos con una comida en el jardín rodeados de naturaleza. Siempre ponen un entrante de cortesía, aquel día una rica crema de calabacín de la huerta. Para el resto nos dejamos aconsejar por nuestro camarero Nil.
Así pues degustamos una tabla de embutidos (sorianos, por supuesto), langostinos, almejas con un delicioso aderezo y secreto sobre base de patatas fritas. De postre compartimos un rulo de queso Idiazábal con membrillo, coulant de chocolate y helado de canela. La nota curiosa la pusieron las infusiones, tienen 12 variedades diferentes desde los sabores clásicos a los más originales.
Os dejamos aquí la carta que tienen, aunque varía muy amenudo hay platos permanentes y podéis haceros una idea de los precios:
Paseo por el Monumento Natural de la Fuentona
Existe junto al vecino pueblo de Muriel de la Fuente un manatial con forma de embudo que da lugar un lago de lo más misterioso. Es ahí donde nace el río Abión y es conocido como La Fuentona. Es el lugar ideal para terminar nuestra escapada. Desde el parking del hotel hasta allí hay unos 13 km. La parte final es un camino de tierra pero válido para todos los vehículos. Junto a un refugio, llegamos al final del camino donde está el aparcamiento. En época de verano y vacaciones hay que pagar 4 euros. A partir de ahí es un paseo de 800 metros accesible para todos los públicos. Los colores cristalinos de las aguas que nos acompañan contratan con la oscuridad de la parte más profunda de La Fuentona.
*Política Eco Friendly de El Cielo de Muriel
No queremos acabar sin destacar un aspecto muy importante del coqueto y acogedor hotel restaurante en el que hemos pasado unos agradables días. El Cielo de Muriel es un establecimiento comprometido con el entorno, el respeto a la naturaleza y el futuro del planeta.
Producen su energía para climatización mediante aerotermia, una fuente renovable. Tienen un sistema de renovación de aire que permite recuperar más del 95% del calor interior lo que supone un gran ahorro. Además, usan agua de los manantiales que se hallan bajo sus instalaciones y las devuelven al medio una vez depuradas.
Por otra parte, prima el consumo de productos de km 0, es decir, de los agricultores, ganaderos y negocios de las proximidades contribuyendo a reducir las emisiones de dióxido de carbono e impulsando la economía de la zona. Para conocer más sobre este campo puedes mirar aquí.
¡Un hotel con mucho movimiento!
Además de un lugar donde relajarse y desconectar para conectar con uno mismo y con la naturaleza, el establecimiento tiene como objetivo poner en el mapa la Comarca de Pinares y todas las posibilidades que esta ofrece. Así el cliente podrá contratar servicios de empresas de turismo de aventura (vías ferratas, espeleología, parques de cuerdas…), hacer retiros espirituales y talleres de crecimiento personal, baños de bosque, descubrir el rico patrimonio cultural y, como no, disfrutar de uno de los mejores cielos de España.
Por si fuese poco, El Cielo de Muriel tiene previsto seguir creciendo. En un futuro se instalará un gimnasio de tipo abierto. También se acondicionará un espacio chill out y se seguirán acondicionando las partes de su terraza y jardín para exprimirlas al máximo. Hay muchos más planes que poco a poco irán desvelando, las cosas de palacio…
Agradecimientos a El cielo de Muriel
Nuestra estancia en este alojamiento Starlight no hubiera sido tan estelar, y nunca mejor dicho, sin el acompañamiento de Raquel y la calurosa acogida de todo el personal que allí trabaja formando un equipo. Desde Lorenzo en la recepción a Nil en el restaurante, sin dejar atrás a las superchicas de la limpieza que lo tienen todo perfecto las 24 horas del día. Gracias por último por la hospitalidad de todas las gentes del pueblo y su calurosa acogida, en especial Alfredo y Sandra. Volveremos pronto a El cielo de Muriel.
¡Hasta pronto El Cielo de Muriel!