Soria pueblo a pueblo: Guijosa

Monasterio Jerónimos

Guijosa es un pueblo de Soria que enamora, enclavado entre la ribera del Duero y la comarca de Pinares.  Sus habitantes se dedican principalmente a la agricultura y la ganadería. En primavera, los bellos campos rezuman verdor por el nacimiento del cereal. Cubriéndose en el verano del amarillo de las mieses y de los girasoles que siguen al sol, siendo el contraste espectacular. No puede faltar en el paisaje de Guijosa nuestro pinar,  los enebros y sabinas, que dan el toque de transición de la Tierra de la ribera a la de Pinares.

Tiene un poco de las dos, en él acaba la ribera con sus viñedos y frutales, con un clima más benévolo.

Característico de la la comarca de Pinares, son sus bosques de pinos, sabinas y enebros, con sus arraigadas y ancestrales costumbres.

Guijosa y sus fiestas

 Las fiestas de Guijosa se celebran el fin de semana más cercano al día 8 de Septiembre, en honor a Nuestra señora de la Natividad, de viernes a domingo. El jueves, víspera de fiestas, ya empieza el jolgorio, con diversos torneos, el tradicional volteo de campanas y pregón de fiestas. De madrugada tiene lugar la enramada de los mozos, que consiste en adornar la entrada  de la iglesia con ramas de poda, realizándose la misma al amanecer.

Empieza la fiesta y las tradiciones mandan, al comienzo de la mañana las mozas y mozos del pueblo recorren las calles pasando dianas sacando a los dormilones de cama, con el ruido de los petardos y los tradicionales gaiteros.

A continuación la Santa Misa. A lo largo de las jornadas, cualquiera que venga a las fiestas no se aburrirá, hay juegos tradicionales de la zona, como pueden ser la calva, la tanguilla, los bolos y como no, grandes partidos de pelota a mano etc. y otros más actuales.

Todos los días hay baile hasta altas horas de la madrugada.

El sábado se celebra para la cena una caldereta de cordero, que es de las mejores de la zona y el domingo procesión hasta la ermita, con el tradicional almuerzo. Son unas fiestas que no hay que perderse.

Guijosa y su entorno

    La ermita de la Virgen de la Torre

 Aunque es su nombre oficial es más conocida por los vecinos por la Ermita de la Virgen de las Viñas, tal vez por su enclave y por ser el lugar de culto en San Isidro Labrador con su tradicional bendición de campos.

Románica de planta simple de una sola nave, que data de principios del siglo XII.

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Palacio de Alcubilla
Palacio de Alcubilla

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El convento de los Jerónimos

Fue inaugurado en el año 1402 por el cardenal y obispo de Osma Don Pedro de Frías, el cual sirvió de lugar  de retiro y meditación a los monjes de la Orden de las Jerónimos. Contaba con corrales, huerta, dedicándose los mismos a transcribir cantorales, códices y libros de la época. Durante la Guerra de la Independencia fue habilitado como hospital, conservándolo la comunidad Jerónima hasta la desamortización de Mendizábal del año 1836.

Llegando en buen estado la iglesia hasta final de la guerra civil. Actualmente sólo se conserva una de sus paredes, que cerraba la parte del coro. Cabe  destacar su merendero con sus mesas y parrillas, junto a la fuente que mana del mismo suelo.

Además, recientemente se ha creado un evento en verano junto a él que consiste en una tarde de merienda y concierto.

La Torca

En una parte del municipio predomina el terreno calizo, por lo que fue propenso a la creación de simas, como es la llamada Torca de Fuencaliente. Hace de mojonera de tres pueblos Guijosa, Muñecas y Fuencaliente.

Merece la pena darse un paseo para admirar lo grande que es la oquedad, disfrutando del terreno kárstico entre un entramado de enebros y sabinas.

La Torca tiene una boca irregular de unos 30 metros de ancho y una profundidad de más de 80 metros. Con paredes muy verticales, para su descenso hay que hacerlo rapelando, siendo la primera reunión a unos 40 metros. Las paredes están llenas de musgo, piedra suelta, vegetación y mucha humedad, esto dificulta su escalada. En esa primera reunión  el terreno es inclinado con multitud de restos tanto óseos, como de basura vegetal y enseres que se han ido tirando a lo largo de los años. Seguimos descendiendo y nos encontramos una pequeña cueva dirección sur y otra cavidad más grande dirección norte que acaba en un sumidero que se va estrechando que impide progresar. Si se escucha con atención se puede oír el correr del agua al fondo del mismo.

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La Puerta Del Río Lobos
La Puerta Del Río Lobos

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UNA RUTA CIRCULAR CON ENCANTO

Partimos desde la iglesia de Nuestra Señora de la Natividad de Guijosa. Cogemos la calle que sale de la parte trasera de  la misma, llegando al río Pilde, antes de pasar el puente, a mano izquierda podemos ver el lavadero, donde antaño los habitantes del pueblo lavaban la ropa y la lana de la esquila de las ovejas. A la derecha la antigua fuente del pueblo que servía de abrevadero y de fuente para surtir de agua a los guijosanos.

Atravesamos el puente del río Pilde, seguimos un pequeño camino, al fondo podemos apreciar el pequeño edificio de la ermita.

Al final del camino cogeremos una pista hacia la derecha, subimos una pequeña cuesta y estamos en la ermita de Nuestra Señora de las Viñas, donde tenemos una bonita vista del entorno. Seguimos la pista y llegamos a la carretera que lleva a Espeja de San Marcelino. Andamos unos 100 metros hacia la derecha y cogemos otra pista a mano izquierda, vamos en dirección al Convento de los Jerónimos.

Desde el principio de la pista se puede ver su majestuosa pared que queda en pie. Cuando lleguéis podéis apreciar el paraje y refrescaros en  su fuente que regaba parte de los huertos de los frailes.

Rumbo a la Hoz de Orillares…

Retomáis la pista y la seguís hasta el final que desemboca en otro camino, lo tomáis a la derecha.

El primer camino que os encontráis a la izquierda le seguís y vamos en dirección a la Hoz de Orillares (o Edigo). Podemos ver imponentes cortados, con multitud de oquedades y cuevas, surcado por el río Pilde. En las paredes anidan multitud de buitres que se pueden observar a cualquier hora del día.

En él los aficionados a la ornitología estarán de enhorabuena. Es debido a la cantidad de aves que se pueden observar en su entorno, destacando el buitre leonado, el alimoche, gavilanes y pájaros de menor tamaño como el petirrojo, pinzones, etc.

Seguimos ruta hacia La Torca de Fuencaliente…

Seguimos la ruta, desandamos el pequeño camino de tierra hasta la pista y la cogemos a la izquierda hasta llegar a la carretera que enlaza San Leonardo con Peñaranda de Duero.

Viramos a la derecha y a unos 300 metros cogemos la carretera con dirección a Fuencaliente.

 Subimos una pequeña loma y cogemos la segunda pista a la izquierda. Desde allí recorremos alrededor de 1km hasta ver un pequeño sendero a mano izquierda que seguiremos; nos encontramos con la Torca.

 Seguimos con la ruta volviendo a la carretera de Fuencaliente para volver por Cañicera hasta el pueblo de Guijosa.

Evitaremos la carretera y cogeremos justo el camino de enfrente para seguir nuestro camino de vuelta encontrándonos con 2 opciones en el primer kilómetro.

Si decides tomar el camino de Cañicera, a 1km más, encontrarás de nuevo un cruce de caminos y seguiremos por el de la derecha hasta llegar al pueblo.

Distancias de la ruta

Guijosa—1,1km—Ermita—1,2km—Convento—2,1km—Hoz de Orillares—5km—

La Torca—(por el camino del fronton)4,7km—Guijosa

—(por Cañicera) 6,2km—Guijosa

Muchas gracias a Jose Ramón, vecino del pueblo por hacernos estas fantásticas recomendaciones.Son muy interesantes y el entorno tiene lugares muy especiales

OTROS LUGARES DE INTERÉS A MENOS DE 30 MIN

Soria, pueblo a pueblo: Morales

Morales

Morales es un pueblo perteneciente al municipio de Berlanga de Duero. Sus habitante son conocidos con el apodo de “gatos”. Ellos han demostrado a lo largo de generaciones y en sus años de esplendor una dedicación casi en su totalidad a la agricultura y la ganadería ovina. El municipio cuenta con una zona de regadío en la vera del río Duero, conocida popularmente como monte bajero.

El pueblo situado en una zona muy salobre y aireada, rodeado de montes de enebros. Cabe destacar sus viñedos, bodegas, lagares y lagaretas, en uso en la actualidad, donde se elabora el vino de manera artesanal. Los caldos de Morales han sido reconocidos en el Primer Concurso de Vinos Caseros celebrado en noviembre de 2019.

Si hacemos un recorrido por la zona, incluida en la Ruta del Cid, es visita obligada la iglesia San Juan Bautista dedicada a la degollación de San Juan Bautista, que conserva un pórtico románico. Junto a la iglesia se encuentra el juego de pelota conocido popularmente como frontón, donde los jóvenes del lugar jugaban a mano y posteriormente con raquetas.

Foto Jose Antonio Mateo Martin

En el término de Morales, dirección a la Dehesa, se encuentra los restos del antiguo poblado celtibérico de Vadorrey. Este aparece mencionado en el Cantar de Mío Cid. Un lugar ideal para contemplar la puesta de sol entre las murallas del castillo de Gormáz y el reflejo en las aguas del río Duero.

Morales en los sentidos

En el entorno de Morales, hay que dejarse llevar por los sentidos. El olor a espliego, tomillo y romero, el sonido de los pájaros y la majestuosidad de sus árboles centenarios. En el camino, nos deslumbrará especialmente una de gran tamaño. Es conocida popularmente como “La Picota”, una sabina de más de 400 años, más de 18 metros de altura y 8.70 de base de circunferencia siendo seguramente el mejor ejemplar de toda la provincia.

Si Morales nos conquista por su belleza natural y su remanso de tranquilidad, nos seducirá aún más por sus fiestas tradicionales, que se celebran a finales de agosto, promovidas por la asociación “El Pajarón” con la colaboración de vecinos y visitantes. 

El programa de festejos incluye actividades tanto lúdicas como gastronómicas, como el concurso de tortilla, chocolate recién hecho, chorizada a las brasas y finaliza con una gran comida de hermandad donde degustar los mejores vinos autóctonos y la tradicional caldereta.

No podemos dejar Morales sin conocer sus bodegas, excavadas a mano y donde reposan los caldos de la cosecha. Es el mejor lugar donde degustarlos, bajo tierra a igual temperatura en invierno y en verano. Un sabor que llevaremos durante un tiempo en nuestro paladar pero que difícilmente lograremos fuera de este mágico lugar.

Enlaces de interés

Morales (Wikipedia)

Documental “Mi Patria Chica”

Mi Patria Chica es el título de un poema escrito en 1931 por los alumnos de la escuela de Morales, un pequeño pueblo en tierras de Berlanga de Duero. El maestro, Mariano Labadía, envió una carta a los vecinos que habían emigrado a las ciudades para que enviasen donativos o libros para aumentar la biblioteca que sólo tenía 42 ejemplares. Como obsequio, les regalaba el poema escrito por los alumnos. Este documental nos muestra, a través de sus testimonios, como era Mi Patria Chica.

Os dejamos con un vídeo que nos envia Yolanda Tenorio a la que agradecemos su interés en mostrar su pueblo.