Donde termina la zona de Pinares que cubre los montes del Urbión, entre las provincias de Burgos y Soria, y comienza la Sierra de Cabrejas, en un valle escondido, se encuentra Muriel Viejo.
Historia
Se han encontrado rastros de la existencia de Muriel mucho antes del comienzo del siglo XI: puntas de flecha y hachas pulimentadas; monedas, trozos de cerámica y unas aras romanas. En el 1086 aparece citado en el documento. Es posible que entonces el pueblo estuviese en el cerro de San Vicente y que fuese bajando con los años al valle. En 1796 se construyó la iglesia actual, que sustituyó a la románica y de la que se conserva la arquivolta, pinturas del retablo y esculturas medievales.
Hoy en día…
Muriel Viejo puede considerarse afortunado porque tiene niños. Hace pocos años eran los suficientes para que se hubiera abierto una escuela. Ahora son menos, pero podemos presumir de la alegría de verlos por las calles.
El entorno
Son notorios los caminos y las fuentes de Muriel. Acuden de pueblos cercanos a la del pueblo pero, hay muchas más: la fuente de la Chorla, la del Moro, la de la Cuba, la del Sotillar, sin olvidar la del Hierro, situada en el paraje de la Novillas, un lugar precioso y placentero.
Los caminos de Muriel Viejo se prestan a paseos de ensueños. Cada uno debido a la variada vegetación, nos conducen a rincones especiales: las sabinas de Peñota, los robles centenarios de san Vicente, los pinos de cualquier lugar y el que conduce al abedular, el lugar mágico, que en primavera se llena de narcisos. Cercanos están los pinos singulares que piden ser abrazados.
Abrazar los árboles para llenarnos de paz y serenidad escuchando el silencio o el canto de los pájaros durante el recorrido.
Y por las noches acudir para ver las estrellas.
¡Muchas gracias a Herminda Cubilla por describirnos su pueblo y a Nuria Mateos por sus fotografías!
—————-
————-